martes, 28 de junio de 2016

El espacio no es neutro (¿congruente?)

Colaborar entre artistas escénicos es muchas cosas sin nombre, sin breve explicación y por supuesto, inacabadas. Sin embargo, me sigue pareciendo el ejercicio más concreto a nuestro alcance para trabajar nuestros proyectos y seguir reconociendo y abriendo nuevas posibilidades.

En esta ocasión, como parte de las actividades que hemos ido articulando para colaborar en PROCESOS ACOMPAÑADOS, propuse reflexionar el espacio escénico.

lunes, 4 de abril de 2016

Segundo Encuentro [Fabián Verdín]

LA CRISIS


A partir de 13 años de experiencia en procesos creativos enfocados al teatro, puedo concluir que son los periodos de crisis los más fructíferos. Suelo ser una persona que busca estructura. Reconozco que los diagramas, los cuadros sinópticos, los calendarios, los formatos me dan seguridad como consecuencia de la claridad. Tener en mente la proyección de mis procesos creativos me brinda la posibilidad de delimitar mi campo de acción.

PROYECTO C no es la excepción. Sin embargo hay un interés y, por tanto, un enfoque distinto. A partir de mis experiencias en “[Re-post]” , “El sistema del doctor Tarr y el profesor Fether” y “NO FICCIÓN, nada significa nada”, me he replanteado el sentido que le doy a la estructura. La contraposición de procesos que parten de la indeterminación y que, en un momento, me sugieren arrojarme al vacío de la creación vs mi afán por el orden y la organización me han abierto la posibilidad de una creación mucho mas intuitiva. Estar alerta a lo que surge en el proceso con la intensión de ser congruente con el mismo. El tiempo comprendido entre el primer y el segundo encuentro de Procesos Acompañados significó una crisis para PROYECTO C. En un punto me sentí (y por momentos me sigo sintiendo) estancado, lleno de dudas, paralizado.





Durante el segundo encuentro tuve la valiosa oportunidad de reafirmar que estoy en el camino correcto. Compartir, discutir, confrontar, exponer mi proceso me enriquece de una manera excepcional. Me parece necesario partir de referentes estéticos, filosóficos, técnicos pero mi búsqueda va en el sentido de cómo fijar una postura al respecto. Es decir, en qué momento, a partir de qué, cómo logro aprehender esos conceptos que no replicarlos. Me declaro en contra de asumir los referentes como verdaderos, como máximas. Me resulta necesario pensarlos y repensarlos una y otra vez; estar a favor, contraponerme, incluso pelearme con ellos. Mi búsqueda va enfocada a un discurso propio asumiendo que soy todo lo que consumo, incluidos los referentes.


En este encuentro pude confrontar mis ideas con mis compañer@s, reconocer nuestras semejanzas y diferencias, nuestros acuerdos y nuestros desacuerdos. Saber que al contraponerme a algunos de sus argumentos afianza los míos y la posibilidad de llevarme en la mente esos desacuerdos para reafirmarlos o negarlos. Procesos Acompañados sigue siendo como una gota de agua fresca, una luz en el obscuro túnel de la creación.








Percibo un interés genuino para asumir este proceso en mis acompañantes. Agradezco profundamente la generosidad de sus aportaciones, cuestionamientos, interrogantes. Agradezco la decisión que tomaron de compartirme lo que son a partir de sus procesos. Quedan muchos temas en el tintero. Sé que, dadas las condiciones temporales, será imposible dar cabida a todas las inquietudes pero confío en que la generosidad nos hará salir avante.


No me queda más que seguirme cuestionando en aras de entender quién soy desde la escena y esperar con ansias el tercer encuentro.


 






FABIÁN

miércoles, 23 de marzo de 2016

Primer encuentro [por Niyura]

A través de este medio quiero primero expresar mi gratitud a todos los compañeros de este grupo por hacer que reviva mi espíritu emprendedor, experimental y creativo.

Uno de los hallazgos valiosos es el ejercicio de ser claro y objetivo en el momento de explicar de qué se trata el proyecto, ese ejercicio intelectual infiere un gran esfuerzo pues es en donde reconozco lo ambiguo que puede parecer mi discurso, síntoma infalible de lo que tengo y no tengo claro. Algo que pienso que ayuda a que se genere dicha claridad es, que al tener el tiempo de exposición y el formato acotados, hay una suerte de obligación a ser específicos.

Otro de los descubrimientos fue el reflexionar sobre las diferencias y similitudes. Claro es que todos somos creadores escénicos, en ese devenir, me sorprendo de los diferentes abordajes de trabajo y las aproximaciones que ha hecho hasta ahora cada uno. Hay aspectos que considero imprudentes, escandalosos y demoniacos en cuanto a cómo veo sus procesos, porque rompen totalmente con la estructura que tengo sobre la conformación de un hecho escénico, PERO, finalmente me parece asombroso cómo cada individuo es dueño de su proceso y se resuelve en él, cada proyecto es auténtico y surge de necesidades auténticas, de energía e ímpetu creadora, pues no es nada fácil el crear, acertar, perderse, producir y reproducir un hecho escénico. La cosa que entiendo es que aquí nadie tiene la razón y todos la tienen. Me hace pensar en que en el compartir nuestras experiencias, pareciera que el proceso del otro es claro y está resuelto, pero cuando lo vives en carne propia todo se percibe absolutamente caótico.

Con muchas ganas de volverlos a ver.

Del 1er. encuentro [por Jean Paul]

PROCESOS ACOMPAÑADOS

Encontrarse no es coincidir en un espacio y tiempo; es estar, reconocerse, compartir y en el mejor de los casos, acompañarnos.
De las primeras sesiones. Exposición de proyectos. Ejercitar la socialización de las ideas. Exponer un proyecto frente a otres es un ejercicio complejo, nos hace discriminar información y ordenarla, nos hace además encontrarnos con ideas que no habían sido consideradas, pero emergen intentando dejar una impresión en quienes nos escuchan. En el formato de Procesos Acompañados el tiempo es limitado y ello nos obliga a sintetizar en pocas palabras imágenes, conceptos y estrategias de aquello que estamos proyectando. No se trata de la descripción de algo inmóvil o finalizado, sino de un ebullidero de sensaciones atravesando nuestro trabajo creativo. Amén a todo esto, la verdad es que no siempre conseguimos que aquello que resultó en palabra dirigida al otre sea un reflejo fiel de lo que en nuestro pensamiento estaba sucediendo. Pero de eso se trata, de dejarse permear por la presencia de los demás, de sus palabras, disposiciones y gestos. Socializar las intenciones de un proceso creativo no nos resulta común y sin embargo es un ejercicio altamente fructífero, pues nos obliga a estructurar y desestructurar en tiempo real nuestro pensamiento. No se trata de defender una postura o un producto, sino poner a consideración del otre nuestras propias motivaciones y pretensiones creativas, compartirle, dejarle entrar. Y en ese ejercicio estar dispuestos a soltar lo propio y tomar de los demás.

[LO REFIERO EN PLURAL, PERO ME SUCEDE EN SINGULAR]

De la intervención, reflexión y otredad. Una vez expuesto lo que el tiempo, los nervios y nuestro proceso nos permitieron, existe la posibilidad de que quienes escucharon incidan en nosotros. Una  pregunta, referencia, diagrama anotadas en un postit nos son entregadas. Reflejos de nuestro discurso pasados por el entendimiento del otre nos son devueltos. Después el diálogo, donde podemos estar de acuerdo, coincidir y disentir; abonar a lo propio y a lo ajeno, ofrecer y recibir cambios de perspectiva para enriquecer el entendimiento de los distintos procesos. Compartir experiencias y reconocer conexiones que jamás hubiesen emergido sin la socialización, sin el tiempo/ espacio compartidos, sin la escucha recíproca.

De BICÉFALO: resonancias propias y otras por apropiarse. Mirar hacia atrás a procesos anteriores para descubrir que se trata de continuidad de proyecto, de investigación, metodología y lenguaje. O mínimamente de intereses. Mirar hacia fuera y descubrir que se trata de una latencia compartida en necesidad de salir de formatos y convenciones. Saber y reconocer que no es una historia que necesite ser contada. Y que así está bien.


Me gusta pensar Procesos Acompañados como una forma de estrechar vínculos, generar comunidad y reflexión crítica, de descubrir que compartimos mucho más de lo que imaginamos. Como un proceso en sí mismo al que se suman ocho procesos particulares; el resultado no es igual a la suma de sus componentes sino el sistema emergente de sus nuevas relaciones.

miércoles, 24 de febrero de 2016

Primer encuentro [Por Karla]

PROCESOS ACOMPAÑADOS.


Durante estas primeras sesiones tuve el primer acercamiento a lo que será estructurar la “no-estructura” del primer proyecto en el que no participaré como ejecutante y que significa una forma completamente diferente de abordar la exploración/creación.

Llegué con doble (o triple) incertidumbre: hacia mi propio proyecto, por no saber hacia dónde va ni de dónde parte exactamente y hacia lo que serían éstas sesiones de escucha, exposición y retroalimentación. Fue una grata sorpresa descubrir que todos estamos en el mismo canal de una manera o de otra; Cada uno con sus necesidades particulares, sus viajes, sus estrategias y sus inquietudes, pero al final con la necesidad de la crítica constructiva y de un espacio para abrir las dudas y afirmaciones sabiendo que nadie va a juzgar o señalar. Una sorpresa aún más grata fue salir a la mitad de la segunda sesión con muchísimas preguntas dando vueltas en mi cabeza, ideas que iban y venían y que eventualmente respondieron algunas de las preguntas y confusiones. (Hacer del defecto una virtud, hilos conductores, ¿por/para qué?, caos ordenado, la nada es algo, soltar, guiar, prueba y error, aplatanamiento).

En los días subsecuentes a las primeras sesiones, logré encontrar los “asideros” por los que al menos por ahora, iré trabajando el laboratorio. Ahora vislumbro un camino más concreto sin dejar de lado la intención de no tener las limitaciones de una estructura demasiado rígida.

Por ahora me comen las ansias de empezar el proceso con mis compañeros y descubrir lo que éste proceso tiene para dar.

P.d: Por culpa de tener que ir a trabajar, me quedé con la duda grandísima del debate en el que Niyura y Jean Paul planeaban meterse, sería bueno que alguien pudiera dejar alguna reseña… je.

Primer encuentro. [Por Mafer]

JUEGO DE NIÑOS.

PRIMERA SESIÓN. MARTES 16 DE FEBRERO.


Me muevo en dos puntos, siempre. Desconfío o confío demasiado.

Confío en el proceso como lo que es: un encuentro de ideas, lenguajes y formas de trabajo únicas, auténticas, de las que sé que puedo aprehender herramientas nuevas, no para reafirmarme, sino para evolucionarme. Para abrir los ojos a elementos que no había considerado y que pueden ser muy esclarecedores en mi proyecto actual o en futuros, como actriz o como directora (supongo que eso es lo de menos en tanto que haya una necesidad genuina de creación).

Desconfío de lo que yo pueda aportar a los demás proyectos. Quizá, por esa razón, me resultó un poco intimidante la dinámica de los post-it®. Y esa desconfianza viene de dos puntos:
1. En este acompañamiento, estoy trabajando con personas que admiro mucho y que, si bien no los mencioné en la descripción anterior de mi proyecto, sí hablé de sus trabajos. Haber estado cerca de ellos desde la universidad funcionó para hacerme una idea de proceso. Ellos son escuela para mí. Y aunque sea necesario y laudable cuestionar y aportar en todos sentidos, me siento tímida al cuestionar a un maestro.
2. El poco tiempo que pude estar en la primera sesión y mi ausencia en la segunda. Aún leyendo los trabajos de presentación de mis compañeros siento haber perdido valiosa información en las sesiones.
Sin embargo, me emociona ser parte del trabajo, porque quiero encontrar nuevas formas, recordar o encontrar nuevos caminos, o lugares comunes que cobren un sentido genuino en un discurso propio. Es un reto enorme romper con lo aprendido de mis maestros y comenzar a confiar en lo propio hablándolo, defendiéndolo, cuestionándolo.

Seguiré así, confiando y desconfiando, de mí, del otro, pero aprenderé a hacerlo mejor. Como siempre, en el mejor sentido.



María Fernanda Monroy G.

sábado, 20 de febrero de 2016

Sobre el 1er. Encuentro [Fabián]

18.feb.16


SOBRE EL PRIMER ENCUENTRO


Arrancó el proceso de acompañarnos. La experiencia es estimulante, remueve cosas, cimbra los cimientos, sacude las expectativas y cuestiona los objetivos.


La diversidad de planteamientos, lenguajes, visiones, recursos, herramientas, referente e, incluso, caracteres, se me antoja como el principio de algo sumamente enriquecedor. Decía Carlos Fuentes que una sociedad celosa de su cultura, que no permitía el proceso de transculturación, estaba destinada a morir. Es decir, la mesa está puesta, basta con que tengamos hambre.


Logro identificar algunos retos personales para con este procesa. Primero, la necesidad de concreción: ¿qué decir?, ¿cómo dejarlo claro sin ser reiterativo?, ¿qué es lo realmente importante? y entonces me lo propongo como un ejercicio de claridad; de todo ese “mar de información”, ¿qué es lo valioso, lo destacable?, ¿en dónde están las boyas?, ¿qué criterio seguir para encontrarlas?. Discernir entre lo difuso y lo concreto. Elegir aquello que pueda clarificar la esencia del proyecto… ¿cómo hacerlo? Segundo, escuchar. Suelo ser testarudo y determinado. Me toma tiempo elaborar y estructurar un proyecto y, usualmente, logro justificarlo desde todas las aristas que me son observables (estructura sobre estructura). Por ello me es complicado escuchar. Mi reacción <casi instintiva> es negar el argumento. Sin embargo, con el paso del tiempo he permitido que la información se quede y haga mella, casi siempre desde la primera noche que la recibo. Me asumo pues como un rumiante de la información, me toma tiempo pero permito que permee el proceso. Quizá la estrategia sea callar, sólo recibir sin argumentar o procurar que sea sólo lo indispensable. Por último, el espejeo. Los procesos creativos me parecen la oportunidad idónea para espejearnos, para proyectar lo que traemos dentro y poder observarlo para entenderlo, al menos intentarlo. Procesos acompañados es, para mí, la oportunidad de situarme al centro de una habitación de siete espejos con la posibilidad/ necesidad de intercambiar constantemente mi posición con alguno de ellos y fungir como imagen y reflejo. Darme cuenta de que lo que comparto, cuestiono, refiero es mío, soy yo reflejado en el otro. En ese sentido, el reto es no olvidarlo, hacerlo consciente y ser perceptivo.


Existe algo, además, que me emociona. Encuentro un grupo de ocho personas que han perdido o intentan perder el miedo a la incertidumbre, a no saber de cierto todo, el miedo a no tener certezas. La necesidad de romper el paradigma de los procesos creativos entendido casi desde la academia nos abre posibilidades infinitas pero, además, nos exige definir nuestro discurso, delinear nuestro lenguaje, delimitar nuestra postura. La forma de hacerlo parte de la diversidad. Y es, creo, bajo esta estructura que un proceso creativo puede ser fructífero. Dice Luis de Tavira que “la libertad creativa no es más que el resultado de la esclavitud a la técnica”. Me gusta pensarlo como esa posibilidad de no saber cómo, cuándo, dónde, qué, de qué manera, con quién, pero saber, al menos, dónde estoy parado y desde dónde surge la necesidad de plantear un proyecto, ¿para qué? Encuentro interrogantes afines: el espacio, el equipo de trabajo, las certezas, la incertidumbre, el espectador, la estructura… el rito, el movimiento, la dicotomía, los opuestos, la violencia, la sensación.


Es mucho, es todo. Menos de seis horas de trabajo y ya dos noches sin poder parar al ratón. Estimulante, emocionante, gratificante el compartir, que no competir.



Fabián